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Cuidar nuestro propio bienestar es el primer paso para diseñar para los demás.
Últimamente, he notado una tendencia preocupante: muchos de mis amigos y colegas en UX están considerando dejar el campo. Se sienten exhaustos, estresados y abrumados. Algunos incluso sienten que su trabajo se está volviendo sin sentido.
Esto no es solo anecdótico. Muchos de los equipos con los que he trabajado en el último año enfrentan la misma lucha. La IA está acelerando los procesos, mientras que los directores financieros y los equipos de marketing dictan los objetivos de diseño. Las prioridades cambian constantemente, lo que deja a los diseñadores sintiendo que están disparando a ciegas.
Pero esta tendencia no es nueva. Entre 2016 y 2021, la investigación de Alex Wright descubrió un problema más profundo: a medida que UX crece, los roles dentro de él se están volviendo más restringidos. Las responsabilidades de los diseñadores están disminuyendo a medida que los equipos multifuncionales se hacen cargo, lo que da como resultado un panorama de uniformidad y conformidad. La creatividad sufre, y los diseñadores se ven obligados a depender de soluciones preexistentes, sacrificando la originalidad por velocidad. ¿El resultado? Productos genéricos, agotamiento y más ruido en la batalla por la atención de los usuarios.
Además, los diseñadores encuentran cada vez más difícil incorporar perspectivas a largo plazo en su trabajo. Para muchos, esto no es solo una frustración profesional, sino personal. A menudo hay un conflicto entre sus valores—lo que creen que debería ser el diseño—y el trabajo que se les pide hacer.
El estrés afecta tanto al diseñador como al producto que crean.

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La Solución: Calm Thinking
Pero aquí está la clave: los profesionales de UX están en una posición única para impulsar el cambio. La respuesta no es abandonar el campo, sino integrar prácticas calmantes tanto en el proceso de diseño como en los productos que creamos. A esto lo llamo Calm Thinking—hacer una pausa en el interminable ciclo de interacciones para reflexionar y regenerarse.
En mi experiencia, el diseño calmado conduce a menos estrés, más satisfacción y mejores resultados. Priorizar el bienestar—tanto para nosotros como para los usuarios—nos permite crear productos que se destacan mientras permanecen fieles a nuestros valores.
Así que antes de considerar dejarlo, prueba un enfoque regenerador. El diseño calmado no solo se trata de crear experiencias pacíficas; se trata de diseñar de una manera calmada. Haz una pausa, caliéntate y regresa a tu trabajo con un enfoque renovado.
Ya sea caminar, practicar mindfulness, escribir en un diario, hacer yoga o incluso gritar en una almohada, encuentra lo que te ayude a reiniciar. ¡Personalmente, hago una mezcla de todo esto y más!